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Adrian Chesterman: «Mis puzzles se venden más en Silicon Valley, donde se crearon las tablets y los móviles inteligentes, que en ningún otro sitio»

Entrevista a Adrian Chesterman autor del dibujo de La vuelta al mundo, el puzzle más grande del mundo

Puzzles y Silicon Valley

Entrevista con Adrian Chesterman para el número 1 de la revista de la Asociación Española del Puzzle (Aepuzz).

Soy un tipo al que le cuesta mucho decir que no… Por eso y por cuestiones de filias y amistades, decidí hace un tiempo ayudar en lo que estuviera de mi mano a Aepuzz, donde hay gente realmente excelente. Hay de todo, como en todos los colectivos. Pero digamos que lo de la gente tóxica, por suerte, va cayendo por su propio peso. Y yo me quedo con todos esos grandes puzzleros a los que he ido conociendo en los últimos cuatro años y pico.

Veréis, por motivos de trabajo no pude estar presente en el Campeonato del Mundo que con enorme esfuerzo (pocas veces valorado) han organizado los locos de la Junta Directiva de Aepuzz, en particular mis amigos los hermanos Álvarez Ossorio. Algún día se valorará lo que estos dos vallisoletanos han hecho por el despegue del mundo del puzzle en España. Junto, claro está, otros muchos enfermos de esta afición.

Ese gran Campeonato del Mundo. Quién nos lo iba a decir

No pude estar por motivos laborales (estaba fuera de España, nada menos en Brasil), pero en cierta forma sí acudí a la Cúpula del Milenio de Valladolid, donde se celebró. La revista que ideó el bueno de Alfonso tras ver la que teníamos entre manos en el trabajo, es el punto de partida a otras muchas más. Seguro. Y, cuando me pidió que «me encargara» de Adrian Chesterman, a quien conocí en el reto de Mutilva, acepté encantado.

No voy sobrado de tiempo (te suena, ¿verdad?) pero, como dice una amiga, hay que ir cambiando eso de «no me da la vida», por «no me da el tiempo»… Y priorizar.

Aunque no puedo dedicar el tiempo que me gustaría a los puzzles, sigue siendo una de mis grandes aficiones. Nunca seré como esas máquinas que todos conocemos -soy de puzzles pequeños, o sea, mediopuzzlero-, pero disfruto mucho de todos estos eventos que, en la vida -hace no mucho- imaginaba que existían.

¿Os suena, no?

Espero que te guste.

“Me gustaría poder hacer otro puzzle gigante que versara sobre la evolución del mundo”

Adrian Chesterman
Chesterman firma "su" puzzle a una de las ganadoras

La entrevista

Adrian Chesterman se ha convertido, por derecho propio, en algo así como una estrella del rock and roll entre los puzzleros españoles.

Este británico con residencia en la Costa del Sol, se ha ganado el respeto y el cariño de todos al haber sido el autor de algunos de los dibujos que ilustran los puzzles más grandes del mundo.

Además, es el creador de un nuevo concepto de rompecabezas: el puzzle 360º, del que nos habla en esta entrevista.

Chesterman estudió Bellas Artes en la Escuela de Arte de Norwich e Ilustración en el Royal College of Art de Londres y ha tocado casi todos los palos de la pintura.

De hecho, es un artista cotizado y muchas marcas se disputan su trabajo.

Desde Spielberg a Coca Cola pasando por Nintendo

Su carrera artística impresiona. Basta con echar un vistazo a su currículum para comprender que es uno de los grandes. Como ilustrador, ha hecho arte publicitario, por ejemplo el de Parque Jurásico, la película de dinosaurios de Spielberg, en los 90.

Ha trabajado para Coca Cola haciendo ilustraciones o para Nintendo, ilustrando videojuegos.

Ha acometido diseños para parques temáticos en Asia y Estados Unidos, ha recibido encargos de Rolls Royce, Toyota y, por supuesto, la marca Educa Borras.

Con la firma catalana ha desplegado todo su arte en planchas tan conocidas en el mundo del puzzle como Vida Salvaje o, más recientemente, La vuelta al mundo, de 42.000 piezas.

Por haber hecho, hasta ha ilustrado decenas de portadas de la famosa serie de libros de Los cinco, de Enid Blighton. Como curiosidad, se ha casado tres veces y es padre, precisamente, de cinco hijos, de diferentes edades, desde pequeños hasta una joven, hija de madre egipcia, que ya tiene 34 años.

Estamos, por tanto, ante un todoterreno del arte y de la vida, que ha expuesto en Londres, París o Nueva York y cuya última parada es la del mundo de los puzzles, que le ha acogido con entusiasmo. 

Un tipo afable y vehemente, que sigue luchando por hablar bien español, y que reconoce sentirse especialmente querido y asombrado por el amor hacia los puzzles que hay en España.

“Creo, sinceramente, que España siempre ha estado en mi sangre”

Adrian Chesterman

Aterrizaje mediterráneo

¿Cuándo llega a España, Adrian?

– Hace ya veinte años. Llegué en 1999, cuando aún estaba la peseta, y todo era más barato. Había bastantes cosas buenas por entonces.

Tuve un mal divorcio y tenía muchas ganas de dejar atrás de Londres. Conocí a una venezolana, escultora, que me animó a venir aquí… y lo hice como ilustrador, trabajando como autónomo. Mi ex se había ido a vivir a Francia. Así que, ¿por qué no iba a venir yo a España?

Llegó cuando acababa de cumplir los 40. Aquí en España hablamos mucho de la crisis de los 40…

España me encantaba. De hecho, antes tenía una casa en Menorca hacía muchos años y creo, sinceramente, que España siempre ha estado en mi sangre.

He encontrado aquí mi hogar para siempre, no quiero salir de aquí. Estoy superfeliz donde estoy. 

Vino de Londres, aunque es escocés de nacimiento

– Esto he de explicarlo: Nací en Aberdeen, en Escocia. Pero me mudé a Londres con tres o cuatro años. Me siento londinense, pero no inglés. Londinense marbellí.

Sigo vinculado con aquella ciudad. De hecho, acabo de llegar de una manifestación contra el Brexit.

Realmente estoy furioso con ese tema. Parece imparable. Y aún peor con Boris Johnson, al que yo considero un payaso.

Relación puzzlera

¿Cuándo comienza su relación con el mundo del puzzle?

– Siempre he hecho dibujos para puzzles. Empecé como ilustrador de algunos con aerógrafo. Pero todo cambió en la década de los 2.000 con mi primer Apple book, donde empecé a trabajar con Photoshop. Me encantaba.

Empecé a hacer puzzles para un agente, MGL Licensing, a cuyo padre conocía. Localizó mis trabajos, le gustaron y me contactó. Disponía de un amplio banco de imágenes e incorporó más de 140 imágenes mías.

A partir de mi trabajo empezaba el suyo: ellos buscan licencias para 3 años en todo el mundo, contactan con marcas y tras las ventas a mí me llegan ingresos. Con un mismo dibujo, puedo tener licencias diferentes en Estados Unidos, Canadá, Rusia, Europa o el Este.

Por ese motivo, desde que él me “contrató” estoy trabajando casi exclusivamente en esto. Antes, obviamente, no estaba tan metido en este mundillo como ahora. Pero, me he enganchado de verdad.

Adrian Chesterman Aepuzz

AEPUZZ

¿Cómo y cuándo conoció la Asociación Española del Puzzle?

– Hace un año. Mi relación con Aepuzz empieza porque escucho en la radio que un grupo de personas va a ensamblar el puzzle que he ilustrado, el más grande del mundo en ese momento, con 42.000 piezas, en la localidad navarra de Mutilva.

Escuché que lo iban a hacer y no lo había visto nunca montado. Así que me decidí a ir para allá.

Estaba en Londres, pero acorté mi estancia de fin de semana para ver cómo me resultaba montado el dibujo. Me fascina el mundo de los adictos a los puzzles. Por ese motivo no voy a faltar al Campeonato del Mundo de Valladolid.

En una conversación, Adrian Chesterman, me comentaba que sus puzzles se venden especialmente en Estados Unidos, y que ese avance en las ventas tiene que ver con que los rompecabezas unen a las personas. A las familias. Explíquenos esto…

– Es cierto. Mis ventas ya son globales, en muchos lugares del mundo se compran mis dibujos plasmados en puzzles. Pero se da un hecho singular: en Silicon Valley (California), donde están Apple, Google, Facebook, vendo más que en cualquier otro sitio.

Me parece que tiene una explicación: la gente que ha inventado las tablets y los teléfonos inteligentes… sabe que esos dispositivos han separado a las familias. Y los puzzles hacen todo lo contrario: las unen.

Es curioso, pero ¡vendo más puzzles donde se crean los dispositivos! De hecho, confesado por algunos de estos técnicos: no les gusta que los niños toquen tablets y teléfonos hasta que tienen 15 años, por el daño que saben que provocan.

Vuelta al mundo

La vuelta al mundo

Hablemos de La vuelta al mundo. ¿Ha sido hasta ahora su obra más ambiciosa?

– Antes había hecho Vida salvaje. En Educa Borras me dijeron, tras completarla, que querían hacer su siguiente trabajo de gran formato con otro ilustrador.

Pero yo tenía una idea: plasmar todos los paisajes más conocidos del mundo, como si fuera una gran ciudad. Insistí a Educa Borras que me tenían que contratar, no coger a otro ilustrador, porque aquello conllevaría muchísimo trabajo.

No era únicamente una cuestión de inspiración. De hecho, tardé seis meses en dibujar todo lo que se ve en La vuelta al mundo.

En sus 42.000 piezas. Cierto es que tenía otros proyectos en marcha mientras tanto, pero podríamos decir que completar todo el proceso me llevó cuatro meses completos.

Es muchísimo tiempo, dado que hago trabajos en apenas 24 horas. Pero es mi gran obra hasta ahora. 

Impresiona sólo imaginarlo. Hizo usted una obra como las de otros tiempos…

– Mi pobre ordenador sufría, porque eran 800 centímetros por 250. Era un lienzo enorme.

De hecho, esto explica, en parte, que el producto viene en siete paquetes, seis mil piezas cada uno. La ilustración tenía tantas capas (cada panel tiene como más de 200 capas) que, por eso, tuve que hacer siete diseños por separado.

Y juntarlos al final resultó especialmente complicado. Más aún cuando en Educa no querían edificios cortados en dos…

Así que, tenía que disimular espacios con árboles y otras artimañas. Es decir, que resultó todo técnicamente muy complicado.

Firma de Chesterman

Diferencias con la casa de puzzles

– La mitología puzzlera habla de que tuvo usted alguna que otra discusión con Educa al completar ese puzzle. ¿Es cierto?

– (Sonríe) Tuve, de hecho, una enorme pelea con Educa. Pero por otra cuestión: No querían poner caricaturas que representaran a personas oriundas de los diferentes países (como una flamenca en España, o un escocés con falda, un indio en Estados Unidos…), a escala.

Esa era mi idea inicial, pero los publicadores no quieren personas, porque la gente no lo compra. Por ejemplo, en una playa no quieren que haya gente.

¿Por qué? Porque si no hay nadie y sólo se ve un paisaje, el que hace ese puzzle se proyecta a sí mismo en el lugar idílico que aparece. Hay una regla implícita y es que no hay personas.

Yo insistí en que era bueno dar otro toque a la composición, que yo lo que aportaba eran caricaturas. Pero, tuve que quitarlo, porque al final son ellos los que pagan.

– En algunos de sus diseños, le hemos descubierto escondido entre infinidad de objetos, es cierto que en ese macropuzzle aparece tres veces?

– Aparecía… Me explico: pese a que no podía incorporar personas, sí pude dejar el equipaje del cricket, sin gente jugando, pero representativo de Inglaterra.

Pude mantener barcos de vikingos, una moto Vespa, que es un emblema nacional en Italia…

La verdad es que si aparezco yo, no lo recuerdo. Pero creo que no. Sí aparecen los dos perros que tenía por entonces. Estaban ahí, aunque ya murieron. No había personas.

En los primeros bocetos, cuando había personas, sí.

De hecho, yo era el escocés con el kilt, y el ruso danzando.

También había puesto a mi familia.

Tal vez eso fue lo que realmente me cabreó al tener que quitarlo.

El puzzle más grande

Muchos fans de los puzzles siguen considerando ese trabajo como el más grande del mundo por ser una sola imagen, ¿lo hizo pensando en los puzzleros?

– El proceso fue el de siempre. Empecé con fotógrafos. La mezcla en el dibujo quería que fuera creíble, y planificar eso me llevó mucho tiempo.

La textura variaba en cada edificio y tenía que unificarla. Había que retocar bastante e incorporar ciertos efectos.

De hecho, detrás de todo el tamaño del dibujo hay mucha técnica, pero tenía que hacerlo para que entrara bien por los ojos. Insisto: Mucho, mucho trabajo para mezclar bien y hacerlo creíble. Así, ideé que los edificios grandes estuvieran atrás y los pequeños, adelante.

Hay, aunque no se perciba, ciertos errores, pero podríamos decir que ahí es donde entra mi licencia artística.

En algunos casos, esos defectos nacieron porque quería aportar recursos para evitar el aburrimiento.

Monty Phyton

Además de ilustraciones para puzzles, ¿en dónde podemos encontrarnos con algún diseño suyo?

– He hecho muchas portadas de libros y muchas ilustraciones para revistas. También he diseñado mucha propaganda, en momentos en los que no existía internet y la publicidad sólo estaba en revistas y en letreros junto a las carreteras.

Me pagaban muy bien en este ámbito. No tanto en ciertas publicaciones y portadas de libros.

Pero puedo decir que he disfrutado con mi trabajo. Siempre me ha encantado trabajar en esto. Aunque, en el caso de las ilustraciones para propaganda, poco a poco han desaparecido.

Como curiosidades, he hecho portadas de disco para Motorhead, en su LP Bomber, o la de la banda sonora de El significado de la vida de los Monty Phyton.

Ahora exclusivamente hago puzzles. Hago mis dibujos, surgidos de mi imaginación, y se los presento a mi agente. Aunque él a veces me pide interpretar otras obras de otras casas de puzzles.

Algunos clientes, de hecho, me piden cosas parecidas a las de la competencia.

Entonces tengo que hacer propia mi versión, que no es copia, sino algo parecido, pero con respeto y evitando tener problemas legales.

Tengo mucho cuidado en la interpretación.

Parque Jurásico

Planes de futuro

¿Tiene en mente hacer alguna ilustración para otro macropuzzle a corto plazo?

– Pues verás: Tengo una idea magnífica para hacer uno aún más grande que el de 42.000 piezas. Me gustaría que versara sobre la evolución del mundo. Desde la creación hasta ahora, incluyendo el surgimiento de los planetas, dinosaurios en la escena y hechos destacables de la Historia.

Pero, a día de hoy, no puedo hacerlo, porque Educa considera que algo mayor sería muy grande. No tiene ganas de hacerlo. Sería más publicidad para esa casa de puzzles, pero no ganan tanto con los grandes como los pequeños.

Es una lástima.

De manera que yo sigo haciendo puzzles patrióticos sobre lobos y águilas, pero en tamaños normales, de entre 500 y 3500 piezas (sonríe).

Usted ha creado el concepto de puzzles 360º. ¿En qué consiste? ¿Cómo surge esa idea?

– Se me ocurrió tras conocer a la gente de Aepuzz. Al completar puzzles en equipos siempre hay alguien mirando desde un lado y el resto, del revés.

Entonces se me ocurrió hacer una imagen donde todos los participantes de los puzzles pueden ver algo con una buena orientación para ellos.

El primero que completé incluía edificios, la mayor parte procedentes del puzzle más grande del mundo. Pero explotar esta técnica con animales, por ejemplo, también era factible.

No obstante, podía resultar más complejo, pero he hecho alguno. Por ejemplo, con peces, otro con animales de granja, otro con animales de la selva, y cosas así.

Estoy empeñado en trabajar en eso.

Cuando acabe lo que estoy haciendo, haré más, de bichos, arbustos, cosas así. Puede ser bonito.

Tenemos que ver si son vendibles. Pero soy optimista sobre ello.

“El mundo de los puzzles me ha enganchado de verdad, porque me fascina ese mundo de los adictos a los rompecabezas”

Adrian Chesterman
Reto de Mutilva

Su experiencia puzzlera

¿Cómo cree que lo haría en un concurso de puzzles?

– No tengo paciencia, no puedo. La rapidez que tienen los aficionados que conozco, no la puedo superar. En este caso, prefiero que el trabajo lo hagan otros. Yo me encargo del diseño.

¿Ha montado algún puzzle ilustrado por usted?

– Sí, con mi niña, que tiene diez años. Siempre tenemos uno abierto, pero lo dejamos reposar. El último que hemos hecho ha sido uno que a mí me encanta, que es el de la familia de tigres. Pero ella tiene poco tiempo, estudia mucho.

Y a mí sí me apasiona trabajar en casa, pero me gusta aún más caminar por la playa, estar en la calle. Vivir. No me quedo en casa más que lo necesario para ganarme la vida.

¿Puede avanzarnos algo sobre su próximo trabajo?

– Estoy con algo muy patriótico: lobos y venados con la bandera de los Estados Unidos detrás. Todo muy de ese estilo. Esto diseñándolo de una manera concreta porque se plasmará en puzzles y camisas.

Chesterman en el campeonato

A las pruebas gráficas que me ha permitido utilizar Aepuzz me remito: Adrian Chesterman es uno más dentro de la familia puzzlera. Cualquier día le veremos con el peto amarillo controlando tiempos y jugadores. O narrando la competición.

Un gran tipo este Chesterman…

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