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Lo que quiero ahora. Artículo de opinión 2014

Artículo Diario de Ávila

Lo que quiero ahora, publicado el 10 de junio de 2014

Una columna de opinión con el título que leen arriba se abría paso en España, a modo de lo que hoy llamarían fenómeno viral, con la firma de Ángeles Caso hace un par de años. 

Una genialidad de esas que rara vez escarban en el papel de la prensa, abarrotado de cuestiones tantas veces minoritarias o de interés interesado, valga la redundancia. 

El artículo en cuestión vio la luz en La Vanguardia, el 19 de enero de 2012. 

Lo guardo como el tesoro que, cuando éramos críos, podía suponer el renacuajo cazado en la charca, la peonza ganada al amigo o la chapa de la Mirinda en el bar. 

Renacuajo

En un trazado magistral, la antaño televisiva escritora daba en el clavo, palabra por palabra.

 Casi nada de lo que creemos importante lo es, venía a decir la ganadora del Premio Planeta 2009, que era rotunda al rechazar “el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar”.

Una sociedad cuyos miembros, tras la mayor de las debacles, responde a la simple pregunta del “¿qué tal estás?” de cortesía -por parte del conocedor de la fatalidad-, con un “muy bien”, exhalando una falsa sonrisa, que envilece un supuesto arrojo. 

De verdad, ¿tanto hemos cambiado como para andar con ese caparazón absurdo que oculta tantísimos sentires vitales, que son padeceres o alegrías? 

El problema es serio, porque nos distanciamos, cumpliendo a rajatabla lo de “cada uno en su casa…” y enhebramos palabras sólo a través de máquinas que todo lo simplifican. También a nosotros. 

chapas

¿No nos damos cuenta de que lo importante está al lado, no allá a lo lejos, adonde nos empeñamos en mirar? El francés De la Bruyere recurría al gráfico ejemplo del niño, aquél que no echa la vista atrás ni se inquieta por el futuro. El menor, con sus frases, sitúa al mayor muchas veces en su sitio; le enseña realmente -el padre aprende del hijo- qué lugar ocupa cada cuestión en este aprendizaje vital en el que él, como es sabido, simplemente goza del presente. 

Nos desvivimos por anticiparnos, por querer saber qué va a pasar mañana, por tener todo atado y bien atado, pero lo hacemos cuando aún no hemos sacudido los restos del mantel sobre el que comimos ayer. 

Anhelos, certezas. Sentimientos

Ángeles Caso habla de anhelos. De certezas y sentimientos. 

Dos años después, estoy convencido de que sigue, como yo, despertando cada mañana con los mismos objetivos. Entre ellos, el de alcanzar “toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno”. En ello estamos, luchando. 

Como también, nos empeñamos en rendir tributo a quien lo merece. Sólo porque levanta la vida eso que ella llama “echar desesperadamente de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado”. 

No podía estar más de acuerdo en estos días. 

Neruda dejó escrito aquello de que “si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida”. Lo hace, vaya si lo hace. 

Lo que quiero ahora. Globos subiendo

Vivir

Y, sin caer en cuartelillos catequéticos ni en utópicas sandeces de nuevos salvapatrias, les invito a soñar. A vivir. Cinco letras, como nacer, besar, decir, comer o morir. 

Así que, parafraseando a otro maestro que recientemente se fue, García Máquez, “la vida no es la que uno vivió, sino la que recuerda, y cómo la recuerda para contarla”. Así que, al grano. A vivir, para recordar. Y contar. 

Ya me entienden.

Lo que quiero ahora. Artículo de Diario de Ávila, 10 de abril de 2014. By Chemartaco

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